Como en casi todos los países del mundo, el lugar por excelencia para la socialización swinger son sus bares. Se trata de lugares que funcionan análogamente a los bares “normales”, en los que cualquiera puede sacarte a bailar, pero si tú no quieres sencillamente dices “no, gracias” y no hay lío. Creo que todos si tenemos algún viso de curiosidad deberíamos visitar con nuestra pareja un bar de éstos alguna vez. Sea que nos guste o no, ya tendremos argumentos para dar una opinión.
miércoles, 25 de marzo de 2009
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